sábado, 30 de junio de 2007

Ingleses y americanos nos roban en nuestra cara!

La Royal Navy tiene en su poder un extenso dossier con los lugares donde naufragaron los galeones españoles y las características de los pecios localizados por la compañía Odyssey Marine Exploration en aguas próximas al Estrecho de Gibraltar.

Algunos expertos calculan que sólo en el litoral andaluz hay más de 700 embarcaciones de la época colonial.

Pues bien, el contrato firmado por el Ministerio de Defensa británico con los cazatesoros norteamericanos para que buscasen los restos del navío HMS Sussex incluía un acuerdo de carácter reservado por el que la Royal Navy se comprometía a dar el apoyo logístico necesario a los buques de Odyssey en el puerto militar de Gibraltar, a cambio de información detallada de los trabajos realizados.

Cartografía británica de tesoros españoles

Por supuesto, este intercambio de datos incluye el tesoro de 400 millones de euros encontrado por los americanos en mayo y del que se niegan a dar más información.

Los informes del servicio español de inteligencia naval, unidos a la forma de actuar de la Royal Navy, han dado la certeza a mandos de la Armada de que el Reino Unido posee en estos momentos un completo mapa de los pecios en aguas españolas donde reposan decenas de barcos con toneladas de oro, plata y piedras preciosas procedentes de América.

"Inglaterra, como gran imperio ultramarino, lleva siglos apostando por el mar, lo contrario de España, donde vivimos de espaldas a él", enfatizan mandos de la Armada al explicar cómo el comportamiento de la Marina Real británica es clave en el caso Odyssey.

El poder en el mar

Los gobiernos británicos, de uno y otro signo político, son conscientes de que el llamado "poder naval" sigue siendo, aún hoy, un instrumento imprescindible para asegurar el comercio marítimo y dar estabilidad a su sistema económico.

Todo lo que ocurre en el mar, sea en su superficie o bajo el agua, se convierte en una prioridad estratégica para Londres y, por ende, en objetivo de la Royal Navy, la primera marina de guerra de Europa Occidental y la tercera del mundo, tras Estados Unidos y Rusia. De ahí su interés en controlar el Estrecho, principal paso marítimo del mundo y vital para Europa y Oriente Medio.

Desde esta premisa, la alianza de la Marina británica con Odyssey "es de manual", apuntan las fuentes. Se trata de una empresa civil y, por tanto, no sujeta a limitaciones gubernamentales; es puntera, ya que utiliza la mejor tecnología del mercado para la exploración de los fondos marinos; y es estadounidense, el aliado natural de Reino Unido.

Información privilegiada

Los mandos de la Armada consultados señalan que el contrato con Odyssey ha permitido al Ministerio de Defensa británico acceder a información privilegiada sobre los pecios españoles susceptible de ser utilizada como baza en las relaciones políticas entre Londres y Madrid. "En el mundo de la inteligencia lo que hoy parece que carece de valor puede cobrarlo súbitamente", indican las fuentes.

Argumentos que no excluyen, como informó este periódico, que los dos barcos de Odyssey con base en Gibraltar hayan realizado trabajos distintos a los puramente arqueológicos. El Peñón es una de las principales bases británicas de espionaje electrónico a escala global, y el Estrecho, un estratégico nudo de comunicación por cable submarino entre Europa, África y América.

Si a finales del siglo XVI Inglaterra se valía de piratas como Francis Drake -que fue incluso nombrado caballero por la reina- para disputar el poder militar y económico a España, en los comienzos del XXI la tecnología facilita que una nueva clase de corsarios expolie el patrimonio español. En ambos casos, con la activa participación británica. "El desinterés crónico por los asuntos del mar y la desidia administrativa han privado a España de contar con un inventario y mecanismos de protección de nuestros pecios", concluyen desde la Armada española.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una noticia muy interesante. Espero que el Gobierno español reaccione y evite que nos roben nuestro patrimonio.